Cada día, millones de mensajes de correo electrónico se utilizan para comunicarse con amigos y realizar negocios. El correo electrónico es una manera conveniente de comunicarse rápidamente. Cuando envías un correo electrónico, es similar a enviar un mensaje mediante una tarjeta postal. El mensaje de la tarjeta postal se transmite a plena vista de cualquier persona que pueda observarlo; el mensaje de correo electrónico se transmite en texto sin formato y es legible para cualquier persona que tenga acceso. Estas comunicaciones además pasan por diferentes servidores en la ruta hacia su destino. Incluso si borras los mensajes de correo electrónico, los mensajes pueden archivarse en los servidores de correo durante algún tiempo.
Cualquier persona con acceso físico a tu computadora o a tu router puede ver qué sitios web has visitado con el historial del navegador web, el caché y posiblemente los archivos de registro. Este problema puede minimizarse habilitando el modo de navegación privada en el navegador web. La mayoría de los exploradores web populares tienen un nombre propio para el modo de navegación privada:
- Microsoft Internet Explorer: InPrivate
- Google Chrome: Incognito
- Mozilla Firefox: ventana privada/pestaña privada
- Safari: navegación privada
Al utilizar el modo privado, se deshabilitan las cookies y los archivos temporales de Internet y el historial de exploración se eliminan después de cerrar la ventana o el programa.
Mantener tu historial de exploración de Internet privado puede impedir que otros recopilen información sobre tus actividades en línea y te tienten para comprar algo con publicidad dirigida. Incluso con la navegación privada habilitada y las cookies desactivadas, las empresas desarrollan diferentes maneras de identificar usuarios para recopilar información y seguir el comportamiento de los usuarios. Por ejemplo, los dispositivos intermediarios, como los routers, pueden tener información sobre el historial de navegación web del usuario.
En última instancia, es tu responsabilidad proteger tus datos, tu identidad y tus dispositivos informáticos. Cuándo envías un correo electrónico, ¿debes incluir tu historial médico? La próxima vez que busques en Internet, ¿será segura tu transmisión? Simplemente algunas precauciones pueden ahorrarte problemas en el futuro.